Muchos piensan que las interrupciones del embarazo están de moda por una clase de libertinaje, algo que está totalmente errado, puesto que es un fenómeno universal que se ha producido durante toda la historia, siendo la actitud de los pueblos la que ha variado dependiendo de condicionamientos políticos, sociales y religiosos. Incluso hubo civilizaciones antiguas que aceptaban el aborto como un derecho propio de la mujer.
Hablemos de los primeros registros del aborto en la era primitiva, donde no daban un gran significado al contenido del útero, sino que lo veían como algo de lo que podían prescindir. Aunque carecían del respeto básico a las mujeres para decidir sobre sus cuerpos, se tiene registro de que autorizaron interrupciones en el embarazo de sus parejas, si ellos así lo deseaban.
Avancemos un poco hasta la antigua Grecia, donde muchos de los filósofos no juzgaban esta práctica y la apoyaban bajo diferentes ideologías. Sócrates fue uno de los que entendió esta práctica como parte de la decisión de la mujer, pues aunque los derechos jurídicos y políticos solo se les concedían a los hombres, adultos, de procedencia griega y con alto estatuto social, Sócrates mantenía que el aborto era “un derecho de las mujeres y los hombres no tenían voz en estos asuntos”. Por su parte en el siglo II, Epicteo dijo que «es equivocado llamar estatua al cobre en estado de fusión y persona al feto», mientras Aristóteles planteaba que el feto era totalmente carente de “alma” si este no superaba los 40 días desde su concepción.
Ahora sabes que no se trata de un constructo establecido y que las condiciones de entendimiento del aborto han ido cambiando conforme ha ido avanzando la sociedad. Hoy en día este entendimiento ha propiciado el acceso legal y seguro a este procedimiento, lo cual es un gran avance en la historia de los derechos de las mujeres.
Si deseas tomar el tuyo, en Gineclinic podemos ayudarte a hacerlo realidad de la manera más profesional y empática posible. ¡Contáctanos!